El futbol mexicano y el Club América están de luto. Cristóbal Ortega, uno de los máximos referentes de las Águilas y el jugador más ganador en la historia del equipo, falleció este día a los 68 años de edad. Su partida deja un vacío en el deporte nacional y en el corazón de miles de aficionados que crecieron admirando su grandeza.
Desde el sábado 21 de diciembre se informó que Ortega atravesaba un delicado estado de salud y necesitaba un costoso tratamiento para combatir su enfermedad, la cual no se había revelado en ese momento.
Un legado imborrable en el América
Cristóbal Ortega nació el 25 de julio de 1956 en la Ciudad de México. Desde muy joven, encontró su lugar en el futbol, debutando profesionalmente con el Club América en 1974. Durante su carrera de casi dos décadas, Ortega solo vistió la camiseta azulcrema, convirtiéndose en el jugador con más partidos disputados en la historia del equipo: 711 encuentros.
Fue pieza clave en el primer tricampeonato del América, logrando los títulos de las temporadas 1983-1984, 1984-1985 y el Prode 86. En total, conquistó 14 títulos con el club, una marca que lo coloca como el máximo ganador de la institución junto a Fernando Tena.
Entre sus logros destacan:
- 6 títulos de Liga MX
- 3 Campeón de Campeones
- 3 trofeos de la Concacaf Liga de Campeones
- 2 Copas Interamericanas
Una figura también en el Tri
Ortega no solo brilló con las Águilas, sino también con la selección mexicana. Debutó con el Tri en 1977 y participó en dos Copas del Mundo: Argentina 1978 y México 1986, representando con orgullo al país en el escenario internacional.
Después del retiro
Tras colgar los botines en 1992, Ortega continuó ligado al futbol como directivo y entrenador. Colaboró con diversos equipos, entre ellos América, León, Tecos, Zacatepec, La Piedad y Real San Luis. Su conocimiento y experiencia enriquecieron el desarrollo del deporte desde otros frentes.
Un adiós que duele
Cristóbal Ortega no solo será recordado por sus títulos y estadísticas, sino por su lealtad, compromiso y amor al Club América. Su legado perdurará en la memoria de todos los aficionados que lo vieron entregar su corazón en la cancha.
Descansa en paz, leyenda.