Por: Rafa Álvarez
Se trata de nada más y nada menos que la primera cinta de Spider-Man que vimos en cines, de la mano del director Sam Raimi y protagonizada por Tobey Maguire, Willem Dafoe, Kirsten Dunst y James Franco.
Basada en los cómics de Marvel creados por Stan Lee y Steve Ditko, tuvo un presupuesto de $139 millones de dólares y tuvo una recaudación de $825, 025, 036 dólares siendo la tercer película más taquillera del 2002; por detrás de “Harry Potter y la cámara de los secretos” y “El Señor de los Anillos: Las dos torres”.
La trama se centra, en que en un viaje escolar, el estudiante Peter Parker es mordido por una araña alterada genéticamente que termina cambiando su ADN dándole habilidades similares a las de los arácnidos; otorgándole fuerza, velocidad, reflejos y resistencia sobrehumana, además de poder trepar superficies, lanzar telarañas orgánicamente y un sexto sentido que le advierte sobre el peligro (el sentido arácnido).
Después de un fatídico accidente con su tío Ben, Peter decide usar sus habilidades para el bien y combatir la injusticia, todo hasta la llegada de su archienemigo El duende verde.
Siendo hasta la fecha la película de superhéroes favorita de muchos fans y lectores de cómics, con grandes recuerdos almacenados con cariño y amor en nuestra memoria ya que fuimos muchos los afortunados que vivimos en carne propia ese día de estreno y volvemos a ver la cinta constantemente porque fue de gran impacto para nosotros y hasta incluso recordamos los comerciales, música, juguetes, comida que nos recordará por siempre a Spider-Man y hay que tener algo en claro, que “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”.
