Eran las 20:47 de la noche, algunos ya estaban saliendo de la jornada laboral y estaban llegando a sus respectivos hogares, para estar con su familia, algunos estaban cenando junto a sus seres queridos o simplemente estaban descansando. Pero a todos tomó por sorpresa que un terremoto de magnitud 7.1 sacudiera a las costas de Acapulco, generando histeria, desconcierto e incluso, psicosis colectiva, ya que, al momento del movimiento telúrico, se fue la luz en algunas partes del Puerto y con ello, vino la desesperación de la gente, al querer llamar a sus seres queridos y la señal era inexistente. Muchas personas durmieron en las calles por miedo a que en los edificios donde vivían se derrumbaran o que sus casas, quedaran con graves afectaciones.
Si esos momentos de incertidumbre entre los ciudadanos no eran suficientes, las réplicas que hubo instantes después y durante toda la noche, causaron aún más tensión.
Esto dejó un recuerdo amargo entre la población, que hace recordar que se habita en un área donde se encuentra un hundimiento de la Placa de Cocos, debajo de la Placa de Norteamérica. En Acapulco, un día como hoy, pero de hace 2 años, se vivió una pesadilla que muchos o la gran mayoría quiere olvidar o hacer de cuenta como si nunca hubiera pasado ese terrible hecho.
