La NASA revela secretos ocultos del interior de la Luna y otros cuerpos celestes usando solo la gravedad

19 de mayo de 2025 — Científicos de la NASA han logrado explorar el interior de la Luna y de otros cuerpos del Sistema Solar sin necesidad de aterrizar en su superficie. Utilizando únicamente mediciones precisas del campo gravitacional, los investigadores han obtenido mapas tridimensionales que revelan información clave sobre su estructura interna, desafiando teorías anteriores y abriendo nuevas vías para la exploración espacial.

Una técnica no invasiva con resultados sorprendentes

Al rastrear con precisión milimétrica los movimientos de sondas orbitando estos cuerpos, los científicos deducen cómo está distribuida su masa interna. Esto permite saber si tienen núcleo, manto, o si son más homogéneos de lo esperado. Lo más revolucionario es que todo esto se logra sin contacto físico, solo observando los efectos de la gravedad.

La Luna bajo la lupa: flexión y vulcanismo

Un estudio publicado en Nature se centró en la Luna, usando datos de la misión GRAIL (2011-2012). Los científicos detectaron que la cara visible del satélite se deforma más por la gravedad terrestre que la oculta, indicando una composición interna desigual. Esta diferencia respalda la hipótesis de un pasado volcánico más activo en el hemisferio visible, donde el calor generado por elementos radiactivos en el manto habría creado los conocidos “mares” lunares.

Este hallazgo no solo aclara el pasado geológico lunar, sino que también mejora la navegación futura para misiones tripuladas y robóticas, facilitando el diseño de trayectorias más seguras y precisas.

Vesta: el asteroide que desafía las teorías

Un segundo estudio, publicado en Nature Astronomy, analizó al asteroide Vesta mediante datos de la misión Dawn. A diferencia de lo esperado, Vesta no muestra signos claros de diferenciación interna (corteza, manto y núcleo), sino una masa distribuida de manera uniforme. Esto sugiere que Vesta pudo formarse de manera distinta o ser el resultado de una colisión entre objetos primitivos.

Este descubrimiento obliga a replantear cómo se forman los núcleos metálicos en cuerpos pequeños y qué condiciones son necesarias para que ocurra esa diferenciación.

Una técnica con futuro

Ambos estudios fueron liderados por Ryan Park, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL). Su equipo también ha aplicado esta técnica en Ceres y Io (luna de Júpiter), revelando datos sorprendentes sin necesidad de aterrizar.

Para Ceres, los resultados indican una estructura parcialmente diferenciada, y para Io, se descartó la existencia de un océano global de magma. Esta metodología representa una alternativa segura, eficiente y menos costosa para estudiar cuerpos difíciles de alcanzar o perforar, como asteroides o lunas heladas.

El futuro de la exploración espacial

La gravedad se ha convertido en una herramienta esencial para la exploración planetaria, actuando como una especie de “rayos X” cósmicos. Con cada aplicación, los científicos descubren nuevas formas de entender el pasado, la composición y la evolución de mundos más allá de la Tierra.